Con los termómetros IR se puede medir la temperatura de la superficie. Un tiempo de respuesta corto y la medición sin contacto son ventajas clave. Ideales para aplicaciones de monitorización como:
Piezas en movimiento (bobinas de papel...)
Registro de la temperatura superficial de engranajes y motores
Control de las partes eléctricas bajo tensión (componentes, transformadores...)